Merece un comentario la experiencia que hemos vivido con Mateo.
A los veintiún días de nacido, Humberto, Tere y Linda, su mamá lo llevaron al temazcal. Lo recibimos con mucha emoción y pasó a recibir su baño en el temazcal. Fue breve el tiempo que estuvo dentro de nuestra casa de vapor y al salir se le dio su baño con el té de hierbas. Mateo salió en hombros a conciliar el sueño en los brazos de su abuelita.
Asiduo asistente al temazcal resulta que ahora exige el canto, el toque de caracol y las percusiones. Se impacienta con los rollos y exige el canto y el calor. La reciente experiencia fue que en brazos de su mamá y los dispuestos a... bailaron La Cumbia del Mole.
Mucha salud y vida a Mateo, un guerrero difícil de superar.
Al reducir la foto del temazcal... dejará ver las aves del cielo...!!!
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